El otro en la pareja: un lugar donde nos descubrimos.

En las relaciones de pareja solemos hablar mucho del amor, del compromiso, de la confianza… pero poco reflexionamos sobre el rol del otro.

 ¿Quién es ese otro que elegimos amar? ¿Qué lugar ocupa en nuestra vida emocional?

El otro en la pareja no está para salvarnos de nuestras heridas, porque la sanación es un camino personal. El otro es, más bien, un espejo y un compañero: refleja aspectos de nosotros mismos que quizás no vemos y camina a nuestro lado en la aventura de crecer.

En ese reflejo a veces aparece la ternura, la complicidad, la risa compartida. Pero también surgen las inseguridades, miedos, heridas antiguas. Y es ahí donde la pareja se convierte en un espacio de aprendizaje.

Amar al otro implica reconocer su diferencia, aceptar que no piensa ni siente siempre como yo. Implica abrir espacio para su mundo interno, y también aprender a poner límites cuando sus formas me hieren. Porque estar en pareja no significa perderse, sino encontrar un equilibrio entre el “yo” y el “nosotros”.

En la pareja, más que en ningún otro vínculo, descubrimos que amar no es posesión, es elección. Elegir cada día a ese otro distinto a mí, que me invita a mirar la vida desde otro ángulo, y que me recuerda que la relación es un camino compartido, no un destino fijo.

¿Qué te ha enseñado el reflejo de tu pareja sobre ti mismo?

¿Qué significa para ti elegir cada día al otro?

¿Cómo encuentras el equilibrio entre el “yo” y el “nosotros”?

Por ZERA Psicología y Psicosentir y Actuar