“Perderse, cuidarse, sanar: las tres etapas del bienestar psicológico”
- Zera psicologia
- 23 oct
- 3 Min. de lectura

Estimular el cerebro es una forma de mantenernos presentes, atentos y conectados con la vida. Nuestro cerebro necesita movimiento, curiosidad y aprendizaje tanto como el cuerpo necesita respirar y descansar. Sin embargo, ejercitar la mente no significa resolverlo todo; es solo una parte del cuidado integral que cada persona merece.
Las actividades aquí propuestas no reemplazan la ayuda profesional cuando existen síntomas de ansiedad, depresión, duelo o sufrimiento emocional.
La estimulación mental puede ser un puente para el autocuidado, un espacio para explorar lo que sentimos y reconectar con el presente. No se trata de “entrenar la mente” para evitar el malestar, sino de cultivar una relación más amable con lo que pensamos y sentimos.
Cada lectura, cada respiración consciente o cada acto creativo es un recordatorio de que seguimos en camino, aprendiendo a vivir con más consciencia y equilibrio. Y si en ese proceso aparece el deseo de sanar o comprenderte mejor, la terapia es el espacio que puede acompañarte a hacerlo de manera profunda y segura.
“Estimular la mente es un gesto de cuidado; sanar, un acto de encuentro contigo mismo.”
1. Ejercitar la mente con retos cognitivos.
Objetivo: fortalecer la memoria, la atención y la agilidad mental.
Actividades:
Resolver sopas de letras, crucigramas, sudokus o acertijos lógicos.
Jugar ajedrez, juegos de estrategia o de memoria.
Aprender un nuevo idioma o instrumento musical.
Hacer listas mentales (por ejemplo, recordar objetos o palabras en orden).
“El cerebro ama los desafíos; se fortalece con lo que le exige pensar distinto.”
2. Estimular la curiosidad y el aprendizaje continuo.
Objetivo: mantener la plasticidad cerebral y la motivación interna.
Actividades:
Leer sobre temas nuevos o fuera de tu rutina.
Ver documentales o escuchar podcasts inspiradores.
Visitar lugares desconocidos o probar caminos nuevos.
Hacer preguntas cada día: ¿Qué puedo aprender hoy?
“El cerebro se oxigena con la curiosidad; cada aprendizaje lo renueva.”
3. Mover el cuerpo para activar la mente.
Objetivo: mejorar el flujo sanguíneo y la conexión cuerpo-cerebro.
Actividades:
Realizar ejercicio aeróbico (caminar, bailar, nadar, bicicleta).
Practicar yoga, taichí o respiración consciente.
Alternar rutinas motoras: usar la mano no dominante, cambiar el orden de acciones diarias.
Mantener una buena postura y respiración profunda durante el día.
“El cerebro piensa mejor cuando el cuerpo se mueve.”
4. Cuidar el descanso y la alimentación.
Objetivo: favorecer la regeneración neuronal y la claridad mental.
Actividades:
Dormir entre 7 y 8 horas cada noche.
Mantener horarios regulares de sueño.
Incluir alimentos ricos en omega-3, frutas, vegetales, frutos secos y agua suficiente.
Evitar exceso de azúcar, alcohol o cafeína.
“Dormir y nutrirse bien es una forma silenciosa de cuidar el cerebro.”
5. Estimular las emociones positivas.
Objetivo: equilibrar los químicos cerebrales (dopamina, serotonina, oxitocina).
Actividades:
Escuchar música que te inspire.
Practicar gratitud diaria.
Reír, jugar o compartir tiempo con personas queridas.
Recordar momentos felices y visualizar logros futuros.
“El cerebro florece cuando el alma se siente segura y agradecida.”
6. Practicar la meditación y la atención plena.
Objetivo: reducir el estrés y fortalecer la corteza prefrontal (zona del enfoque y la calma).
Actividades:
Meditar 10 minutos al día, concentrándose en la respiración.
Realizar pausas conscientes durante el trabajo o estudio.
Observar pensamientos sin engancharte, dejándolos pasar.
“La quietud también entrena el cerebro; el silencio reorganiza la mente.”
7. Conectar social y emocionalmente
Objetivo: fortalecer redes neuronales asociadas con empatía y memoria.
Actividades:
Conversar, debatir y compartir ideas.
Escuchar historias y contar las tuyas.
Participar en grupos o actividades comunitarias.
Expresar afecto y mantener vínculos saludables.
“Las relaciones humanas son gimnasios emocionales para el cerebro.”
Por ZERA psicología y Psicosentir y Actuar.